lunes, 29 de agosto de 2011

AL MAYOR EMBUSTERO DE SEVILLA Y DEL REINO.

     
¿Quién es este señor si se le puede llamar así?
Pronto lo descubriréis
         De esta manera nos narra en un escrito amplio que no hay por donde cogerlo:

         Quiero ocuparme en este pequeño trabajo de divulgación colombófila de un palomo que en tiempos pasados gozó de un merecido prestigio entre los aficionados que lo poseían y cultivaban. Se trata del palomo Laudino.


        Y lleva toda la razón, es un honor poder hablar de esos palomos de Sevilla, pero no bajo el nombre de LAUDINO , sino de PALOMO LADRON a secas, tal y como se describe en la obra de 1711.-(Ordenanzas de Sevilla) “palomos finos de gusto e intención , que no pueden ser caseros, ni zuritos, ni mestizos a los cuales llaman palomos ladrones.”




      Si atendemos a la palabreja con que este inquisidor  rebautiza de nuevo a estos palomos, apreciaremos, que si buscamos en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, simplemente NO EXISTE, y en su lugar si queremos ser doctos o retorcidos debemos llamarlos LADINO.
         La diferencia estriba que cuando por gente docta y formada se traduce una obra, los eruditos traducen LADINO, y los menos formados o ignorantes traducen por desconocimiento LAUDINO.
         Ejemplo claro de esto es la Obra de Ros de Olano de 1.835.- Maese Cornello Tacito “Y arrullo como palomo ladino a la sastresa” o bien la traducción del historiador Juan Torres Fontes “sobre la Diversión de palomos ladinos entendidos como colgueros”  y que la propia Federación Murciana traduce por palomos Laudinos.
         Pero lejos de enfrascarnos en la dialéctica, que ya es significativa, pasemos al siguiente párrafo:
        
La tradición oral nos dice, que fue el Padre Franciscano D. Antonio Llaudís, quien después de mas de cuarenta años de dedicación a la práctica de la colombicultura, dejó reflejado en un manuscrito sus experiencias obtenidas durante el largo periodo de tiempo dedicado al cultivo del palomo que nos ocupa, al cual los aficionados de la época denominaron con el nombre de Laudino en honor al franciscano.
       
  ¿De que tradición oral nos habla?, mal empezamos dicha tradición no existe, es su coletilla para poder enmascarar sus conocimientos a raíz de caer en sus manos la Joya colombófila que junto a libro nuestra lucha son las dos obras que usted maneja en esas fechas; obras que parces no saber leer, y como el tuerto es el rey en el país de los ciegos, aquí empieza su travesía en los mares del engaño; pero cerniéndonos al texto.
Pues como dicen en la tele Sr. VA A SER QUE NO. ¿y por qué NO?.
1.1.- Porque el descubrimiento de esta Obra Sevillana por los cuatro costados, dado que se sustenta en las Ordenanzas de Sevilla de 1527.- la hacen dos siglos más antigua , que la cita de Altamira en su libro La Joya Colombófila de 1.924.-que es la primera que lees, y por eso la metedura de pata ya en 1976.- cuando aún no ha empezado tu maquiavélica obra de desaciertos.
1.2.- Porque investigaciones recientes recogen a existencia de tal monje hasta ahora en el entredicho, al igual que su manuscrito, pero no llamado Antonio llaudís, sino Antoni lauris, y no perteneciente a la Orden Franciscana, sino a los Carmelitas Descalzos. Y su manuscrito, no es tal, sino un pergamino que contiene unas normas básicas de cómo volar las palomas, documento en poder de la Federación, a tenor de la declaración de los herederos de los Albalat.
Por lo que ni por activa ni por pasiva, podemos admitir laudino primero como palabra (pues no existe en el lenguaje castellano que es el que profesamos los españoles de primera mano) ni en el sentido que nuestro seudo-escritor quiere darnos, pues siguiendo su mismo criterio el palomo lo denominaríamos LAURINO; cosa que no es.
Eso suele pasar, cuando no se es riguroso en las tesis investigadoras y solo nos encandilamos con una obra en la creencia que esta es la única fuente a consultar; mas le hubiera valido escudriñar en su misma Ciudad y hubiera hallado, la primera Obra citada y de eso modo no causar el mal infringido.
Al hilo de su escrito :


Llaudís pensó en conseguir mediante los cruzamientos que efectuó, un palomo de un color de pluma determinado El ahumado (pelo de rata) y lo consiguió; pero al mismo tiempo pretendía que el palomo con el que trabajaba poseyera unos instintos determinados, estos eran los de: Persecución, Seducción y Conservación. Con esto, pretendía Llaudís, que al dejar el palomo sin su hembra (en celo), el animal volara en busca de otra y tratara, llevado por sus instintos de seducirla, empleando para ello sus dotes Don Juanescas y por medio de su arrullo peculiar, forma de sus movimientos y maneras de volar, lograr al fin atraerla hacia su palomar e introducirla en su nido. Todo esto debía hacerlo el buen ejemplar sin molestar a su conquista, siendo meloso con ella.

¿De dónde se saca tanta ignominia? ¿Acaso ha tenido en sus manos el defenestrado manuscrito? , para su información ese manuscrito hoy pergamino solo contiene unas normas de cómo volar las palomas en suelta. Pero no como la conocemos los andaluces (suelta de machos en contraposición a sueltas de hembras en celos llamada Hembreo) sino como nos las describe Cabanilles en la adición a la obra de herrera o como idénticamente nos la cuenta el Manual de buen Jardinero publicado por la Sorbona de Paris. Es decir suelta de palomas mensajeras que a toque de bombos cacerolas y látigos conformaban una gran bandada, y que a señal convenida, cesaban los ruidos y echaban comida, para luego tirar la red y capturarlas. (Nada que ver en la forma de volar nuestras palomas); por tanto, toda su imaginación cae por si misma, creando un cuento tal y como nos tiene acostumbrado.
Sigamos desmenuzando su escrito:

El instinto de conservación fue el que no logró perfeccionar Llaudís, pues el Laudino adolecía de ser un palomo demasiado temperamental y con cierta facilidad se entregaba en palomares ajenos, guiado por su afán impetuoso de encontrar hembra.

En la actualidad, el Laudino puro, está prácticamente extinguido; si quedan algunos ejemplares es en la zona de Levante (su lugar de origen), Játiva, Alcoy, Murcia y su provincia, Alicante, etc
.


Ni llaudís  perfeccionó nada ni corrigió el temperamento, ni nada de nada, ¿no estaría describiendo un palomo pica de esa época?, ¿estaba usted allí? se lo pregunto porque usted lo sabe todo, ni está prácticamente extinguido ni existe en el levante, simplemente es un mito. Primero porque la obra de 1.711.- nos indica claramente la existencia de un palomo ladrón en Sevilla, y seis siglos antes el tratado de Ibn Abdun también nos lo cita; ni en Valencia ni Murcia quedan palomos de esos, primero , porque usted no los ha conocido, segundo porque no existe  por ahora documento alguno anterior a los 40 que den un viso de credibilidad a sus palabras, y mucho menos después de leer a cuatro autores contemporáneos de la segunda mitad del siglo XX que así lo testifican ( Ramon Fontelles en su libro nuestra lucha manual de obligado estudio en la FEC, Cesar Diez Crespo en 1958.- y  el Padre Checa).
 Debería reprogramar su bola de los acertijos, y no errar de la forma tan estrepitosa a que nos tiene acostumbrado, pues con sus errores, hoy mentiras elevadas a la categoría de leyendas, solo hace usted, dar una primacía a los palomos inexistentes a menos desde los 50, de otras regiones,  en detrimento de nuestros palomos o Razas Andaluzas, las únicas que se han conservado, con muchísima más antigüedad que las inexistentes que citáis y algunas ya estandarizadas por la Comisión de Agricultura del Gobierno Portugués en 1926.- libro que ya conoce.

El palomo Laudino era un animal de agradable figura: cuerpo mediano, de pecho ancho, descollado, con buche mediano, cabeza almendrada, pico semigrueso de longitud mediana y color amarillento, ojo de pupila pequeña con el iris de color rojo guinda, el ribete que circunda al ojo fino (no carnoso) y amarillo pálido. Las carúnculas nasales medianamente desarrolladas, lisas y en forma triangular, las patas finas y rojizas con uñas del mismo color del pico y con transparencia.

Su imaginación, no tiene límites, incluso se atreve a describirlo como si lo tuviera en la mano. ¿No estará usted describiendo un seudo palomo ladrón o ratero como lo conocía usted en los 60 e intenta cuadrar al martillazo unas características que nadie ha descrito? Su imaginación es superlativa, al igual que su osadía. Porque cualquiera que lea su descripción, esta imaginando un palomo Ratero, tal y como lo conocí y lo crié en el 67; y así se denominaba hasta que usted le cambia el nombre.

El Laudino sirvió de tronco original para el actual palomo deportivo, que también tuvo como cuna la zona de Levante.


Estoy de acuerdo con la segunda parte, el palomo deportivo es oriundo del levante, de donde no debió salir nunca. Pero no me puedo creer su afirmación del principio; podría usted haberlo llamado palomo indeterminado, palomo multicruzado para la suelta valenciana, que fue lo que siempre fue, un palomo multihibrido creado en función de las características que le mal llamado deporte de la Pica exigía en cada momento.
Pero a colación de eso olvida usted lo descrito por el primer Presidente de la FEC, Ramón Fontelles, en su libro ya citado, este afirma, porque así lo vivió y así nos lo trascribe, que en la creación de ese palomo ideal para la suelta valenciana llamada PICA; intervienen palomas andaluzas, sin especificar cuál. ¿Usted que tanto ha escrito se olvida de ese detalle? ¿No lo ha leído nunca? ¿No sabe usted cual se ellas es? Le voy a refrescar la memoria: si ya a finales del siglo XIX tenemos contrastadas las existencias de al menos tres razas andaluzas ( la coliteja o Marchenera, la Rafeña y la colillana) por reducción al absurdo al menos una de ellas seguro que es la que se cita en ese libro.
Y dicho esto podemos afirmar , todo lo contrario que usted ahora nos va a seguir contando:


 Hace más de cuarenta años, llegaron a Sevilla procedentes de Valencia algunos palomos Laudino y los aficionados sevillanos denominaron a estos ejemplares con el nombre de "buchones valencianos". Lo de Laudinos quedó atrás y aun hoy día, les seguimos llamando palomos valencianos.


Que nuevamente hay que decirle NO con letras mayúsculas, que aquí no vino ningún palomo laudino procedente de valencia, ni nadie de Sevilla, fue en tren a Valencia, como nos tienen acostumbrados. Los palomos picas los únicos palomos valencianos conocidos o multicruzados para la PICA y llamados simplemente picas, entran en Sevilla en el 67 y más concretamente  en Utrera de la mano del médico llamado Pablo Bauzano, el cual le trae a su hijo unos palomos de esa guisa.
Ahora le voy a explicar, para que muchos años después de escribir sandeces, aprenda cual es el motivo del nombre Valenciano, o la denominación que  por parte de los aficionados pocos formados de los cuales doy por hecho que usted pertenece, dan al termino de palomo Valenciano.
A raíz de la puesta en práctica del deporte de la PICA, a partir de 1920.- llega a todos los lugares, no las hazañas de esos palomos sino la ingente cantidad de dinero estimado en pesetas, que estos palomos mueven, según autores en los años 50 las quínelas ( apuestas  subasta en cubierto que tanto antes como hoy no son declaras a la Hacienda Pública estaban en la cantidad de 35,000 pesetas de la época)y paralelamente el rumor cierto de lo asquerosamente caro que se pagaba por un palomo de esos llamados valencianos o picas.
Como en la Argentina, y sin ir más lejos, en Sevilla, debido a nuestra picaresca más avanzada, por ello de las necesidades pasadas. Los recoveros más espabilados y haciéndose eco de esos rumores, aprovechan la ocasión, lo mismo que hoy sus acólitos y alumnos en las mentiras, para sacar sus buenos cuartos al vender todo palomo de la provincia, como palomo valenciano, ¿acaso no lo ha vivido usted en la Plaza de la Alfarfa?. Por lo que veo NO, usted solo se dedicaba, al los chismes, y a dar pábulo al rumor, que inventaba en una esquina y cuando llegaba a la otra el rumor a la otra ya era cierto. De ahí la expresión de su amigo entre comillas, a la sazón, Francisco Reina, ( APRENDICES DE LA ALFARFA); porque solo se quedaban con sus chismes cuentos y leyendas; o bien a pasearse con algún escrito basura bajo el brazo, para que algún lelo después de leérselo se lo firmara.

Los colombófilos sevillanos volaron estos palomos y no daban el juego que se pretendía, pues fácilmente se perdían por entregarse en palomares ajenos (eran blandos). Para remediar este defecto se cruzaron unos con palomos de raza rafeña y otros con los de raza gorguera.
Los que cruzaban con raza rafeña, lo hacían con la idea de frenar el ímpetu del laudino y al mismo tiempo, se lograba dar dureza al animal para que no se entregara con tanta facilidad en palomares ajenos. Al introducir el rafeño, el aficionado perfeccionó mucho la configuración del animal, pues esta gano mucho en anchura, a lo que los aficionados denominamos macetilla ancha. El pico se logró acortar y gano mucho en grosor. Se lograron las tan codiciadas tres verrugas que rodean el pico inferior del animal y que tanta belleza le dan al palomo. Las patas se le acortaron un poco y también gano mucho el animal en su condición de palomo meloso; pues, de todos es sabido, la gracia que imprime el rafeño a sus movimientos; percheando dando palmadas, intentando sacar a la paloma. Cuando recorre el tejado o lugar donde este posada su conquista, lo hace con garbo y se acerca hasta ella arremetiendo la cola y dando unos pequeños saltos hasta que no llega a ella y la toca con el pecho, la cautiva con su forma de arrullar y prácticamente tira de ella con la intención de llevarla a su nido.
        
Esta usted, o estaba ya en esa época un poco descuadrado pues como nos describe, los únicos palomos que hacían o se comportaban de esa guisa, antes al igual que hoy, son los PICAS , ¿que iba usted a esperar de esos pájaros? ¿Y todo lo que le sigue  lo ha vivido usted? Claro que no, usted tiene una salida, se lo han contado, como afirma en ese video hoy publicado en la red ¿quién se lo ha contado? Porque seguramente su amigo se fue de este mundillo sin saberlo, claro está que hoy usted dirá que no le preguntó; pero yo me voy a permitir decirle cual era su opinión a esta cuestión, porque así la tengo acreditada, en una conversación telefónica , “usted ni nadie ha visto un gorguero en Sevilla” y dada su ascendencia y relevancia , de seguro me lo creo , lo que no me creo son sus mentiras salidas de su bola mágica de los acertijos.

Por otra parte, de los cruces que se efectuaron con los palomos gorgueros, se lograron animales que ganaron mucho en belleza en vuelo. El gorguero aportó su rabadilla ancha, lo que permite al palomo abrir mas la cola durante el vuelo y también su forma especial de volar, pausadamente remando con el cuello ligeramente echado hacia adelante, pero sin llegar a la postura alagartada.

A tenor de todos los cruces que se efectuaron, el aficionado seleccionó, según su gusto personal y continuó cruzando y recruzando los frutos de estas tres razas: laudino, rafeño y gorguero. Volviendo a seleccionar los animales que reunían las mejores cualidades de estética morfológica y a los que demostraban ser grandes voladores y al mismo tiempo que tuvieran los tres instintos fundamentales en todo buen palomo de celo.


Ha donde quiere llegar con tanta historieta ¿quien le ha comentado o donde lo ha visto? ¿Seguramente en su bola? ¿Que es un gorguero? ¿Que dice que es lo que aportó? JAJAJAJA. Eso no se lo cree ni usted, pero sus acólitos ignorantes a pies juntos SI; solo ver hoy las cuevas de embusteros o foros federativos por donde usted y ellos se mueven, en una tradición y culto a sus  mentiras, y en defensa de todo esto que usted narra.
¿A que Rafeño se refiere? A ese palomo que según usted traen los árabes en el 711.- cuando nos invaden con canastas de rafeños, y que ponen un Murcia la factoría de todos los palomos padres y madres de nuestras Razas Andaluzas. Seriedad y coherencia le hacen mucha falta. Vuelva a leer lo que en otros escritos le he recomendado y vera como pasará a la historia.
Pero aun no hemos terminado porque su despropósito sigue:

Como el aficionado cultivaba el palomo a su gusto personal, pues lograba conseguir una estirpe que se identificaba con él. De esta forma, cuando se desprendía de algún animal y este iba a parar a manos de otro aficionado, fácilmente se notaban las diferencias existentes entre el cultivo del primero y el segundo.
Esta forma de proceder ha durado hasta hace unos 20 años. Desde ese tiempo hasta nuestros días la forma de concebir la afición ha cambiado mucho. Ahora se trabaja más en equipo, el aficionado es más comunicativo, se comparten mas los criterios y los palomos que se crían son mas semejantes. Se sigue manteniendo el criterio de conseguir siempre el palomo ideal de celo, con los instintos perfectamente
definidos.


Le falta apostillar lo que el  84 inserta en el estándar del mal llamado Laudino sevillano, ¿ya maquinaba si inserción sin haberse publicado? Pues si no pudo hacerlo en las reuniones de la Giralda, ese escrito suyo es prueba palpable, que ya usted sabía por encima de todo aficionado cual era el origen que le iba a colocar a ese palomo, es una copia fiel de lo insertado; pero ocho años antes; ¿curioso no?
La afición no había cambiado su forma, fue la sociedad quien hizo que de un simple cajón o cajones hechos de cajas de cerveza o fruta de los palenques, de madera y colocados en los patios, tal y como nos relata el libro de 1926.- ese que estandariza al Rafeño y al Marchenero y que dictamina que ese super palomo que usted denomina valenciano lo describa como hibrido de marchenero, cuando cita; “ es curioso ver como en la ciudad de Sevilla, existen tantos cajones de palomos en sus patios como macetas de geranios”. De esa forma de tener los palomos se pasa a la construcción de palomares blindados por temor a ser robados.
Y usted escribe lo descrito en el conocimiento de que la provincia de Cádiz Alfonso de la Rimada y Manuel Salado este último coautor años mas tarde de toda la traición urdida por usted a la afición,  ya en el 64 hacían exposiciones de ámbito cerrado; modelo que usted impone año mas tarde.
La prueba de que la afición no ha cambiado la tenemos hoy en los colillanos que gracia a esos aficionados que jamás llevaron un palomo de esa Raza, a meterlos en un cajón, hoy se conserva como antaño, no sin antes tener que destruir todas las estructuras de las cuales usted es el único culpable.

Últimamente se ha cometido un grave error por parte de un buen número de aficionados, pues guiados por el afán modernista de conseguir un palomo al cual se le exige que como cualidad fundamental posea unas carúnculas nasales lo mas desarrolladas posible, porque creen que este detalle es de primordial importancia. Para lograr esto, se han hecho cruzas con el palomo de raza carrier y se han conseguido ejemplares que poseen gran cantidad de carúnculas nasales, pero en contrapunto, se han dejado atrás: la gracia, la arrogancia, la finura, el caché, las intenciones, etc., que poseían los palomos de hace 20 años atrás.

Todos los aficionados conocen al palomo carrier y saben que es portador de un plumaje vasto y apretado, de un cuerpo muy carnoso y de una figura anatómica que difiere bastante del buen palomo de vuelo y celo. Los palomos portadores de la sangre carrier han sido criados por el procedimiento de cruzar un ejemplar de valenciano antiguo con el carrier y de esta forma sacar el mixto, remixto, cuarterón y quinterón. Al llegar al quinterón, se han conseguido ejemplares que a la vista fácilmente han pasado por auténticos valencianos, pero cuando ha llegado la hora de criar con ellos, han demostrado que por sus venas corre la sangre carrier y los frutos obtenidos de estos apareamientos han dado un salto de atavismo y lamentablemente lo que se ha conseguido sacar es casi un carrier puro. Hoy día, los aficionados que efectuaron esta cruza, están totalmente arrepentidos, y tratan por todos los medios de volver a conseguir el antiguo palomo.


         En esto debo darle la Razón, pero a sabiendas del error, ¿Cómo no se hace el primer estándar, intentando eliminar toda reminiscencia de esos mestizajes? ¿Por qué no se habla de ello? ¿Por qué hoy sigue usted apadrinando esos mixtos ya muy refinados en todos los foros o cuevas de embusteros como expresivamente me gusta denominarlos?. Pero ni en el primero confeccionado en la Giralda ni en el segundo obra completamente suya.
De todos esos errores narrados, salió años más tarde el Granadino; pero usted jamás lo ha tratado.

La forma de practicar la afición también ha cambiado mucho de como se hacía antes a como se hace ahora. Los antiguos aficionados eran menos exigentes en la estética del palomo visto en la mano, ellos preferían al ejemplar que fuera sobre todo un gran volador, y para ello mantenían a los palomos en celo el mayor tiempo posible y volaban en sus palomares como máximo un número de cinco machos en celo. El equipo ideal es el formado por tres palomos que se compenetren bien.
Los aficionados de hoy, somos mas exigentes cuando examinamos el palomo en la mano y le exigimos que posea muchas cualidades tales como las que tenga: bonita cabeza, buen ojo, buen ribete de ojos, pico gordo semicorto y de color acaramelado, carúnculas nasales bien desarrolladas y de forma mas o menos triangular. Que posea tres verrugas que rodeen el pico inferior. Se prefiere al palomo de tamaño mediano, bien equilibrado y se le exige al animal que posea los instintos que lo identifican como buen palomo de afición de celo. Pero la mayoría de aficionados llevados por el afán de superación y de conseguir el palomo que posea todas las cualidades que anteriormente he relatado se olvidan de darles celo a los animales que poseen y de esta forma no pueden valorar si son buenos ejemplares de vuelo.

Vuelvo a darle la razón, pero con matices, olvida usted los condicionamientos o cambios de hábitos antes descritos, a los que hay que añadir, los concursos morfológicos, llevados a cabo con gallinas, conejos, palomas de fantasía, con ocasión de las ferias Ibero Americanas que se celebraban en Sevilla algunos años antes; y nuestras palomas no se salvarían de tales modas, no se salvarían porque es usted quien las institucionaliza para la Federación, solo unos meses más tarde; eso es lo que hay que agradecerle.

En estos días, estamos tratando de crear el standard tipo de este palomo, al cual hasta la fecha le hemos llamado valenciano por haber venido de Valencia. Cuando formemos el standard queremos rebautizar al palomo con el nombre de Laudino Sevillano, porque bien es verdad, que el palomo que actualmente poseemos es fruto del trabajo de los aficionados sevillanos.

Rafael Yuste López.

Publicado en la Revista Las Aves Redorni, Sevilla 1976


Hoy y a toro pasado, con un simple ojeo de su escrito, podemos afirmar, que es usted quien influye en la afición, para cambiar el nombre de ese palomo legendario de la ciudad de Sevilla, atribuirle unos orígenes que no le corresponde, pues, de su mala interpretación de las obras que posee, las cuales ya hemos citado, cual catecismo palomero emanado de la FEC y a cuyos intereses sirvió y sigue sirviendo cual aliado fiel; y de la falta de iniciativa al no buscar en su ciudad, lo que hoy es una realidad, hemos llegado a un punto donde la hegemonía del levante sobre nuestros palomos es una realidad, y aunque ficticia aun hay ignorantes que las creen, y eso solo se lo debemos a usted, a sus errores y que hoy podemos calificar de mentiras; mentiras porque a sabienda de la existencia de obras que tiran por tierra sus tesis, aun no ha rectificado y lo que es más grave aún, sigue usted empecinado en preservar su legado de mentiras , al igual que preserva sus estándares, los cuales modifica sin la anuencia de la afición.
Es usted el único culpable del deterioro de no esta Raza sino todas, y lo que aun es más grave, es usted quien está detrás de reventar todo intento de unir a la afición, cuando surgen nuevos proyectos, que a nadie se le escapa, que usted sigue trabajando para la Organización que hoy pretende encerrar nuestras palomas, pues sus intervenciones en sus foros así lo demuestran, al igual que hoy como antaño sigue pagando el impuesto que financia la oposición a las tradiciones más arraigadas de Andalucía.
Pero no se preocupe, a pesar de su oposición ya hay quien lo esta remediando.

José Montoya Romero.-
Agosto del 2.011.-